viernes, noviembre 28, 2008

TEATROXLAIDENTIDAD

Teatroxlaidentidad es siempre búsqueda. Búsqueda de nietos, búsqueda expresiva y búsqueda de nosotros mismos. Búsqueda y, a veces, encuentro. Ocho años hace que teatroxlaidentidad busca.

Teatroxlaidentidad nació en Buenos Aires en la necesidad de articular legítimos mecanismos de defensa contra la brutalidad y el horror que significan el delito de apropiación de bebés y de niños y la sustitución de sus identidades de un modo organizado y sistemático por parte de la dictadura militar.

Hoy Teatroxlaidentidad tiene sedes en casi todo el país y en otras ciudades del mundo
DEL JUEVES 13 AL 30 DE NOVIEMBRE – de jueves a domingo
ENTRADA LIBRE Y GRATUITA
+ INFO Y PROGRAMACIÓN COMPLETA: http://www.teatroxl aidentidad. net/editables/

martes, noviembre 25, 2008

No podés faltar | Jueves 27 a las 19hs


Jueves 27 de noviembre a las 19hs
en La Vaca, Hipólito Yrigoyen 1440

Escuchá a godot

Escuchá los programas viejos acá
y los nuevos por la radio de la UBA Fm 90.5
Martes de 20 a 21hs

viernes, noviembre 21, 2008

Vacunate


jueves, noviembre 20, 2008

La azarosa historia del celibato clerical

por E. MIRET MAGDALENA - teólogo

Lo que acaba de desvelarse: que una parte del clero no cumple ni respeta el celibato, y que incluso se lanzan a violar a monjas y novicias, no es sino consecuencia de esa férrea ley que impide al clero latino casarse, y se precipitan por la calle de en medio haciendo caso omiso de sus promesas. Las estadísticas que existen en el país de las encuestas, que son los Estados Unidos, revelan el mar de fondo que existe y la jerarquía católica quiere silenciar. Y solamente de cuando en cuando surge algún hecho que tiene visos de escándalo, cuando se difunde.

Un jesuita profesor de la Universidad de Harvard, el P. Fischler, descubrió que el 92% del clero norteamericano pedía que pudiera elegir el sacerdote libremente ser casado o soltero. Y un sacerdote y psicoterapeuta, el P. Sipe, encontró que sólo el 2% de ese clero cumple el celibato, el 47% lo cumple relativamente y el 31,5% vive una relación sexual, de los cuales el tercio tiene relaciones homosexuales. Ante ello, varios obispos han pedido que se quite el celibato para el clero latino, ya que el oriental -incluso el unido a Roma- no tiene esa obligación y suele ser casado. Y el Concilio Vaticano II alabó el sentido espiritual del sacerdote casado en Oriente.

La historia de esta exigencia es muy azarosa, pues tuvieron que pasar casi quince siglos hasta que se exigió definitivamente el celibato en la Iglesia latina. Hasta el siglo IV no hay ninguna ley que lo exija, en ninguna parte de la cristiandad. Y a partir de entonces se empieza a considerar obligatorio en algunas partes, pero sólo que los obispos no puedan estar casados, no el clero; aunque esta ley no es general, y existen muchos obispos casados. En el siglo V, en el Concilio de Rímini asisten 300 obispos casados, cifra enorme, dados los pocos obispos que hay por el mundo latino. La ley empezaba a prohibir a los sacerdotes que fueran casados a partir del siglo V, aunque no fue exigida por todos los obispos en sus diócesis. Y solamente el Concilio de Letrán de 1123 la exigió para el mundo latino, porque en el Oriente cristiano se declaró que hombres casados pueden ser ordenados sacerdotes, y así sigue esa costumbre legítima.

Pero hasta el siglo XVI ni las leyes de algunas diócesis se cumplen, ni son generales, y si lo son se malcumplen, y se buscan subterfugios para salirse por la tangente. Una de las cosas que se hacen antes del siglo IX es casarse, porque, aunque quien lo hace comete pecado, el matrimonio, sin embargo, es válido.

Son muchos los concilios que critican las costumbres sexuales del clero, y los canónigos y el clero bajo tienen frecuentemente concubinas; y por exigencia de los concilios de Maguncia y Augsburgo, después de pasados dos siglos, el obispo de Brema tiene en el siglo XI que expulsar de la ciudad a las concubinas. Y en Italia dice el historiador católico Padre Amman: 'El concubinato de los clérigos estaba muy extendido'. Y San Pedro Damiano critica públicamente al obispo de Fiésole, que 'estaba rodeado de un buen número de mujeres'. Y al Concilio de Constanza se desplazan 700 mujeres públicas, para atender a los obispos y clero en sus demandas sexuales durante esa reunión conciliar, según cuenta el historiador católico Daniel-Rops.

Por eso, hasta el Concilio de Trento, en el siglo XVI, no se sanciona solemnemente y de forma definitiva el celibato clerical, según confesó Pablo VI. ¿No es entonces natural y humano que la Iglesia de Roma suprima la hipocresía del celibato, que tantos males sexuales trae como consecuencia, y Roma haga caso de las sensatas peticiones, en ese sentido, de algunos obispos y moralistas y de muchos seglares católicos?

miércoles, noviembre 19, 2008

El país de la Canela


martes, noviembre 18, 2008

Novela Negra Argentina

Encuentro con Juan Sasturain, escritor y director de la colección “Negro Absoluto” de Gárgola Ediciones y Reynaldo Sietecase, autor de Pendejos y Un crímen argentino para conversar sobre el género.

Participan, además, Leonardo Oyola, autor de Hacé que la noche venga y Santería entre otros y María Inés Krimer, autora de El cuerpo de las chicas.

Jueves 20 de noviembre - 20.30 hs -Casa de la Lectura - Lavalleja 924 - Villa Crespo

lunes, noviembre 17, 2008

Presentación de Antologías Artesanales de poesía en formato "Libro objeto"

Se presentan los libros de Juana Roggero, Nuria Kasztelan , Mónica Rosenblum, Valeria Iglesias, Jimena Repetto, Noelia Rivero, Sol Echeverría, Teresa de Elizalde, Blanca Lema, Adriana Kogan, Ana Laura Rivaro, Ana Verónica Suárez.

Lunes 17 de noviembre - 19.30 hs - Casa de la Lectura - Lavalleja 924 - Villa Crespo

sábado, noviembre 15, 2008

Sobre el parque y la Ciudad - Sabrina Díaz




En las brumas de la memoria, Sabrina Díaz construye su universo plástico. Su tema visible es Nueva York. Sus edificios, sus parques, sus cielos. Las distintas horas del día, las luces de la ciudad al caer la noche. Como instantáneas fijadas en el recuerdo, esos datos de la realidad, capturados por una cámara digital, serán luego los estadios de un recorrido poblado de sensaciones y vivencias. Es cuando la alquimia del arte, sostén de toda labor creativa, construye su relato. Al igual que en su anterior muestra, realizada en 2007, la artista amalgama en un todo distintos procedimientos: fotografías intervenidas digitalmente, pintura acrílica, lápices acuarelados aplicados sobre tela o papel que va superponiendo en sutiles veladuras cromáticas. Las fronteras entre lo digital y lo estrictamente pictórico se diluyen y se fusionan en una obra única en donde el clima logrado trasciende los medios empleados. Nueva York, el tema visible, se vuelve un sueño: el lugar de anclaje desde donde Sabrina Díaz devela su mundo interior, de intensa carga poética.

Alberto Giudici



Organiza Departamento de Ideas visuales
Av. Corrientes 1543, Buenos Aires 5077- 8000 int. 8316
Consultas: sdkamen@centrocultural.coop
Prensa: Cecilia Balaguer prensa@centrocultural.coop Int. 8016
http://www.centrocultural.coop/
Horario de visita: lunes a sábados, de 10:00 a 22:00 hs - Domingos: de 17:00 a 20:30 hs

viernes, noviembre 14, 2008

El arte político, la modernidad y las izquierdas

Charla - Debate en el Centro Cultural de la Cooperación
Con la participación de Osvaldo Bayer, Horacio Tarcus y Alberto Giudici

Charla debate a realizarse en el marco de la muestra RESISTENCIA Y REBELDIA. Desde los inicios del arte social y político en la Argentina, se dio en el país un profundo debate, todavía vigente, sobre el sentido de la creación artística, su función social, su papel en el proyecto transformador de las izquierdas. Y también, si el acento puesto en el "contenido" y en el "compromiso" no resentía la especificidad estéticaViernes 14 de noviembre - 19 hs
Aula Meyer Dubrovsky - 3º piso

ENTRADA LIBRE Y GRATUITA

Organiza Dpto. Ideas VisualesCentro Cultural de la Cooperación Floreal GoriniAv. Corrientes 1543 (C1042AAB)Ciudad de Buenos Aires5077-8000 int. 8316www.centrocultural.coop

jueves, noviembre 13, 2008

Gog y Magog presenta sus nuevos títulos




Gog y Magog presenta sus nuevos títulos


Pier Paolo Pasolini, Donde está mi patria.

Gary Snyder, Todas las palabras para decir roca.

Damián Ríos, Como un zumbido.

Martín Rodríguez, Agua negra.
Pierre-Albert Jourdan, La lengua de las humaredas.
Alejandro Rubio, Sobrantes.

Fernanda Nicolini, Ruta 2.

Simon Gregorcic, El imán del poeta.

Peter Semolic, El fin comenzará por los suburbios.

Vanna Andreini, Sirenas en la cama.

18 de noviembre, 20:30 hs.
El Zaguán, Moreno 2320.
Música a cargo de Decenadores, comida, bebida y fiesta.

lunes, noviembre 10, 2008

Países emergentes y desarrollo comercial de la cultura

Por Guillermo Mastrini
Profesor de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Universidad de Buenos Aires.
publicada por Página 12


Los servicios y bienes culturales comenzaron a ser parte de la agenda de los organismos de comercio internacional y la regulación del sector cultural asume un sesgo economicista en detrimento de otras perspectivas vinculadas con el acceso a la cultura y al pluralismo informativo. ¿Cómo puede evolucionar el tema? ¿Qué estrategias adoptar frente a los nuevos mecanismos de gobierno global y en defensa de los intereses de los países periféricos?

Desde hace años existe una marcada contradicción entre la tradicional visión de la política cultural como promoción de la diversidad, y una nueva orientación en la que la cultura es vista como una mercancía de gran potencial económico. A partir de la Ronda de Uruguay (1986-1994) de la Organización Mundial de Comercio (OMC) los servicios y bienes culturales comenzaron a formar parte de la agenda del organismo. Aun cuando se mantienen restricciones, a partir de ese momento los criterios que guiaban la regulación del sector cultural terminan de asumir un sesgo economicista, en detrimento del enfoque basado en la protección del acceso a la cultura y el pluralismo informativo.

Estas transformaciones tienen estrecha vinculación con los intereses de generar un mercado global de comunicación y cultura. Si bien la transnacionalización de los bienes culturales encuentra antecedentes, la posibilidad de unificar la distribución de bienes simbólicos a nivel global, está estrechamente vinculada al proceso de digitalización de la cultura.

Por otra parte, la relación entre las políticas culturales y las sociedades ya no está solo mediatizada por el Estado y los actores interesados. Los organismos internacionales como la OMC, Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), Icann (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers), Unesco, UIT, así como los acuerdos supranacionales (UE, Mercosur) y bilaterales intervienen en el diseño de las políticas de comunicación.

En el proceso globalizador se visualizan limitaciones al accionar tradicional de los Estados como consecuencia del afianzamiento de nuevos actores en la escena mundial con mayor capacidad de decisión y negociación. Si bien el Estado sigue siendo importante, no todos son iguales. Sandra Braman distingue uno hegemónico (Estados Unidos), dos competencias (Japón y la Unión Europea), y los países en desarrollo para los cuales la “Sociedad de la Información” y el nuevo entorno regulatorio pueden ser fuentes de bienestar social pero también de importantes desafíos. Para que lo primero ocurra, los países periféricos tienen que estar pendientes del proceso de reestructuración global, y no limitarse a esperar las dádivas que el avance tecnológico les prometa.

Los productos culturales son transmisores de visiones del mundo. Sin embargo, la naturaleza dual de las obras culturales hace que operen como expresiones de identidad, pero también como bienes y servicios mercantiles. Son dos aspectos indisociables, que resultan caros si no se consideran.

El comercio de servicios en la OMC se define de manera muy amplia para incluir la inversión extranjera directa en diversos sectores, entre los que están incluidos las telecomunicaciones y el audiovisual. Es importante destacar que la liberalización puede llegar a implicar la eliminación de cualquier medida gubernamental que favorezca a un proveedor nacional frente a uno extranjero, así como la desregulación cuando una norma se considera demasiado onerosa para los inversionistas y proveedores de servicios extranjeros. Frente a este avance, algunos países comenzaron a delinear un proceso de resistencia que buscó garantizar la “diversidad cultural”. Esta iniciativa permitió postergar la discusión en la Ronda Uruguay, a cambio de incorporar el tema en la siguiente.

Dentro de la propia OMC algunos países han planteado que el sector audiovisual debe ser considerado como parte de la industria del entretenimiento, y por lo tanto sujeto a reglas de liberalización, mientras que otro grupo de países considera al audiovisual como un producto cultural, que merece un tratamiento diferencial.

Varias medidas de política cultural en el área audiovisual se verían amenazadas de imponerse finalmente los criterios impulsados por la regulación global: subsidios del Estado, la televisión pública, las políticas de cuotas, los requerimientos de nacionalidad, los impuestos destinados a financiar productos locales, las exenciones impositivas, los privilegios para contenidos nacionales. Este listado incompleto sirve de ejemplo de los efectos devastadores que estas políticas podrían tener en el ámbito latinoamericano. Más si se considera que aún hoy, en “tiempos de proteccionismo”, los balances son altamente deficitarios.

Es importante alertar sobre las consecuencias que tiene el nuevo gobierno global sobre las políticas culturales. Especialmente porque, por lo general, los debates sobre los beneficios de los procesos de integración suelen soslayar las amenazas que el mismo presenta. Ahora que la Ronda de Doha ha fracasado cabe preguntarse qué actitud habrían adoptado los países emergentes si los países centrales hubieran cedido su proteccionismo en el sector primario a cambio de una flexibilidad general en el sector servicios. En qué medida un beneficio económico no traería aparejado el enorme riesgo de reducir nuestras políticas culturales a cenizas.
Esto se ve reflejado en lo que por ahora representa la mayor incidencia real en términos de gobernanza global hasta la actualidad en los países latinoamericanos: la firma de tratados bilaterales. Un criterio general que se puede reconocer es que si bien los productores culturales han logrado establecer coaliciones para la defensa de las industrias culturales locales, en general el debate público en torno de los tratados de libre comercio suele centrarse en los “beneficios” que los mismos traerán en materia de apertura de mercado para la producción nacional. Si bien algunos países han logrado mantener excepciones en la producción cultural analógica, los suministros de servicios que usan medios digitales quedan incluidos dentro de las obligaciones contraídas en el capítulo de comercio de servicios. Se han protegido las políticas culturales actuales, pero los acuerdos suponen una seria amenaza a las del futuro.

Las políticas de hoy serán las que regulen la producción cultural del mañana. Es por ello que es preciso impulsar el conocimiento de este tema en la comunidad académica y en la sociedad civil en general. David Hesmondhalgh (2005) realiza una acertada advertencia al respecto cuando observa que la indiferencia pública es espejada por la ausencia en la literatura de los estudios de medios de “la formación de la política pública más general”.

Ante este panorama creemos conveniente proponer algunas sugerencias.
En primer lugar, parece indispensable contar con más y mejores recursos humanos formados en derecho comercial internacional que mantengan una mirada humanista. Esta posibilidad debería ser complementada por un mayor y mejor intercambio entre los países de la región a efectos de coordinar y articular decisiones.

En segundo lugar, definir una estrategia para mantener la actual capacidad de implementar políticas nacionales de cultura. Para ello es preciso tener una propuesta en la OMC que supere los criterios tecno-economicistas. Esto supone en el plano nacional alertar a numerosos economistas que estarían predispuestos a negociar la liberalización del tercer sector a cambio de concesiones de los países del G8 en el sector primario.

En términos generales, se propone una estrategia complementaria que promueva la defensa de las capacidades políticas existentes, que se mantenga atenta y con opciones claras y definidas frente a las nuevas agencias regulatorias internacionales, y que finalmente tenga capacidad de usufructuar las potencialidades que brindan las NTI (nuevas tecnologías de la información) para potenciar los efectos de las políticas consensuadas.

jueves, noviembre 06, 2008

Última parte

¿Cómo se forman, crecen y estallan las burbujas?

Sirvámonos, a modo de ejemplo, de la crisis financiera asiática de 1997-98.

* Primero: balanza de pagos y liberalización financiera impuestas por el FMI y el Departamento noteamericano del Tesoro.

* Luego, entrada de fondos extranjeros en busca de rápida y elevada rentabilidad, lo que significa que entraron en el Mercado inmobiliario y en el Mercado de valores.

* Sobreinversión, lo que llevó al desplome de los precios en el Mercado de valores y en el Mercado inmobiliario, lo que, a su vez, condujo al pánico y a la coinsiguiente retiada de fondos: en 1997, en unas pocas semanas 100 mil millones de dólares abandonaron las economías del este asiático.

* Rescate de los especuladores extranjeros por parte del FMI.

* Colapso de la economía real: la recesión se extiende por todo el Este asiático en 1998. A pesar de la desestabilización a gran escala, todos los intentos realizados para imponer regulaciones nacionales o globales del sistema financiero fueron rechazadas con razones puramente ideológicas. Volvamos a la presente burbuja.


¿Cómo se formó?

El actual colapso de Wall Street arraiga en la burbuja tecnológica de fines de los 90, cuando el precio de las acciones de las empresas incipientes en el mundo de Internet se disparó, para luego desplomarse, resultando todo ello en la pérdida de activos por valor de 7 billones de dólares y en la recesión de 2001-2002. Las laxas políticas monetarias de la Rerserva Federal bajo Alan Greenspan estimularon la burbuja tecnológica, y cuando está colapsó dando paso a la recesión, Greenspan, tratando de prevenir una recesión duradera, rebajó en junio de 2003 los tipos de interés a un nivel sin precedentes en 45 años (al 1%), manteniéndolo en ese nivel durante más de un año. Con eso lo que consiguió fue estimular la formación de otra burbuja: la burbuja inmobiliaria. En fecha tan temprana como 2002, economistas como Dean Baker, del Center for Economic Policy Research, alertaron sobre la formación de una burbuja inmobiliaria. Sin embargo, en fecha tan tardía como 2005 el entonces presidente del Consejo Económico de asesores de la Presidencia de la nación y actual presidente de la Reserva Federal, Bern Bernanke, atribuía el incremento de los precios de la vivienda en EEUU a "unos fundamentos económicos robustos", y no a la actividad especulativa.


¿A quién puede sorprender que el estallido de la crisis subprime en verano de 2007 pillara a este hombrecito con la guardia totalmente baja? ¿Y cómo creció?

Oigámoslo de boca de uno de los propios jugadores clave en los mercados, de George Soros: "Las instituciones hipotecarias animaron a los hipotecados a refinanciar sus hipotecas aprovechando la revalorización experimentada entretanto por sus casas. Rebajaron sus criterios de préstamo e introdujeron nuevos productos, como hipotecas a interés variable, hipotecas que 'sólo servían intereses' y 'ofertas promocionales' con tipos de interés para partirse de risa. Todo eso animó a especular con la vivienda. Los precios de las casas comenzaron a subir a un ritmo de dos dígitos. Eso sirvió para retroalimentar la especulación, y el alza de los precios inmobiliarios consiguió que los propietarios de casas se sintieran ricos; el resultado fue el boom consumista que ha sostenido a la economía estos últimos años." Observando las cosas más de cerca, se ve que la crisis hipotecaria no resultó de una oferta superior a la demanda real. La "demanda" estaba, por mucho, fabricada por la manía especulativa de promotores y financieros empeñados en conseguir grandes beneficios a partir de su acceso al dinero foráneo que inundó a los EEUU de la última década. Ingentes volúmenes hipotecarios fueron agresivamente ofrecidos y vendidos a millones de personas que, normalmente, no habrían podido permitírselo ofreciéndoles unos tipos de interés ridículamente bajos, ulteriormente ajustables para sacar más dinero de los propietarios de casas.


¿Pero cómo pudieron las hipotecas subprime degenerar en un problema de tales dimensiones?

Porque los activos pasaron entonces a ser "segurizados": quienes habían generado las hipotecas, procedieron a amalgamarlas con otros activos en complejos productos derivados llamados "obligaciones de deuda colateralizada" (CDO, por sus siglas en inglés), lo cual resultó relativamente fácil dado que trabajaban con diversos tipos de intermediarios que, sabedores del riesgo, se deshacían de esos títulos de valores lo más rápidamente posible, pasándolos a otros bancos e inversores institucionales. Esas instituciones, a su vez, se deshacían del producto, pasándolo a otros bancos y a instituciones financieras foráneas. Cuando aumentaron los tipos de interés de los préstamos subprime, de las hipotecas variables y de otros préstamos inmobiliarios, el juego tocó a su fin. Hay cerca de 6 millones de hipotecas subprime, el 40% de las cuales entrarán en impago en los próximos dos años, según estimaciones de Soros. A los que hay que añadir otros 5 millones de impagos en los próximos 7 años, derivados de los tipos hipotecarios variables y de otros "préstamos flexibles". Pero los títulos, cuyo valor se cuenta por billones de dólares, ya se han infiltrado como un virus en el sistema financiero global. El gigantesco sistema circulatorio del capitalismo global ha sido fatalmente infectado.


¿Pero cómo pudieron los titanes de Wall Street desplomarse como un castillo de naipes?

Lo que ocurrió con Lehman Brothers, Merrill Lynch, Fannie Mae, Freddie Mac y Bear Stearns fue, simplemente, que las pérdidas representadas por esos títulos tóxicos rebasaban por mucho sus reservas, lo que condujo a su caída. Y más caerán, probablemente, cuando sus libros de contabilidad, que en los que ahora esos títulos figuran en el Haber, se corrijan para reflejar el actual valor de esos activos. Y muchos otros les seguirán, a medida que vayan quedando expuestas otras operaciones especulativas, como las centradas en las tarjetas de crédito y en las diferentes variedades de seguros contra riesgos. AIG cayó por causa de su gigantesca exposición en el área no-regulada de los contratos de protección crediticia derivada (credit default swaps), unos derivados financieros que permitían a los inversores apostar dinero a la posibilidad de que las empresas no pudieran devolver los préstamos. Tales apuestas sobre impagos crediticios representan ahora un mercado de 45 billones de dólares, un mercado, como dicho, que carece de toda regulación. La ciclópea dimensión de los activos que podrían quedar dañados en caso de que AIG colapsara fue lo que movió a Washington a cambiar de idea e intervenir para rescatarlo, luego de haber dejado caer a Lehman Brothers.


¿Qué pasará ahora?

Puede decirse sin avilantez que habrá más bancarrotas y más nacionalizaciones e intervenciones públicas, desempeñando las instituciones y los bancos extranjeros un papel auxiliar del gobierno de los EEUU. Que el colapso de Wall Street irá a más y prolongará la recesión norteamericana. Y que la recesión en EEUU se comunicará a Asia y al resto del mundo, que sufrirá también una recesión, si no algo peor. La razón de esto último es que el principal mercado exterior de China son los EEUU y que China, a su vez, importa materias primas y bienes intermedios –de los que se sirve para sus exportaciones a los EEUU— de Japón, Corea y el Sudeste asiático. La globalización ha hecho imposible el "desacoplamiento". Los EEUU, China y el Este asiático andan ahora como tres prisioneros atados a una misma cadena.


¿Y en suma?

El desplome de Wall Street no sólo se debe a la codicia y a la falta de regulación estatal de un sector hiperactivo. El colapso de Wall Street hunde sus raíces en la crisis de sobreproducción que ha sido la plaga del capitalismo global desde mediados de los 70. La financiarización de la inversión ha sido una de las vías de escape para salir del estancamiento, siendo las otras dos la reestructuración neoliberal y la globalización. Habiendo resultado de poco alivio la reestructuración neoliberal y la globalización, la financiarización pareció atractiva como mecanismo de restauración de la rentabilidad. Pero lo que ahora ha quedado demostrado es que la financiarización es una senda peligrosa que lleva a la formación de burbujas especulativas, capaces de ofrecer una efímera prosperidad a unos cuantos, pero que terminan en el colapso empresarial y en la recesión de la economía real. Las cuestiones clave son éstas: ¿Cuán profunda y duradera será esta recesión? ¿Necesitará la economía de los EEUU generar otra burbuja especulativa para salir de esta recesión? Y si tal es el caso, ¿dónde se formará la siguiente burbuja? Algunos dicen que la próxima surgirá en el complejo militar-industrial o en el "capitalismo del desastre" sobre el que escribe Naomi Klein. Pero eso es harina de otro costal. Walden Bello, profesor de ciencias políticas y sociales en la Universidad de Filipinas (Manila), es miembro del Transnational Institute de Amsterdam y presidente de Freedom from Debt Coalition, así como analista senior en Focus on the Global South.

Traducción para www.sinpermiso.info: Ricardo Timón y Mínima Estrella

miércoles, noviembre 05, 2008

Todo lo que usted quiere saber sobre el origen de esta crisis pero teme no entenderlo - Walden Bello (parte III)

¿Qué pasó, pues?

Bien, este período de elevado crecimiento terminó a mediados de los 70, cuando las economías del centro se vieron inmersas en la estanflación, es decir, en la coexistencia de un bajo crecimiento con una inflación alta, lo que la teoría económica neoclásica suponía imposible. Sin embargo, la estanflación no era sino el síntoma de una causa más profunda, a saber: la reconstrucción de Alemania y del Japón, así como el rápido crecimiento de economías en vías de industrialización, como Brasil, Taiwán y Corea del Sur, añadió una enorme capacidad productiva e incrementó la competición global, mientras que la desigualdad social, dentro de cada país, y entre países, limitó globalmente el incremento del poder adquisitivo y de la demanda, resultando así erosionada la tasa de beneficio. La drástica subida del precio del petróleo en los setenta no hizo sino agravar la cosa.

¿Cómo trató de resolver el capitalismo la crisis de sobreproducción?

El capital ensayó tres vías de salida del atolladero de la sobreproducción: la reestructuración neoliberal, la globalización y la financiarización.

¿En qué consistió la reestructuración neoliberal?

La reestructuración neoliberal tomó la forma del reaganismo y del thatcherismo en el Norte y del ajuste estructural en el Sur. El objetivo era la revigorización de la acumulación de capital, lo que se consiguió:

1) removiendo las restricciones estatales al crecimiento, al uso y a los flujos de capital y de riqueza; y

2) redistribuyendo el ingreso de las clases pobres y medias a los ricos, de acuerdo con la teoría de que se motivaría así a los ricos para invertir y alimentar el crecimiento económico. El problema de esa fórmula era que, al redistribuir el ingreso en favor de los ricos, estrangulaba el ingreso de los pobres y de las clases medias, lo que provocaba la restricción de la demanda, sin necesariamente inducir a los ricos a invertir más en producción.

De hecho, la reestructuración neoliberal, que se generalizó en el Norte y en el Sur a lo largo de los años ochenta y noventa, tuvo unos pobres registros en términos de crecimiento: el crecimiento global promedio fue de un 1,1% en los 90 y de un 1,4 en los 80, mientras que el promedio en los 60 y en los 70, cuando las políticas intervencionistas eran dominantes, fue, respectivamente, de un 3,5% y de un 2,54%. La reestructuración neoliberal no pudo terminar con la estanflación.


¿En qué medida la globalización fue una respuesta a la crisis?

La segunda vía de escape global ensayada por el capital para enfrentarse a la estanflación fue la "acumulación extensiva" o globalización, es decir, la rápida integración de las zonas semicapitalistas, no-capitalistas y precapitalistas a la economía global de mercado. Rosa Luxemburgo, la celebrada economista y revolucionaria alemana, se percató de este mecanismo hace mucho tiempo, viéndolo como un mecanismo necesario para restaurar la tasa de beneficio en las economías metropolitanas. ¿Cómo? Ganando acceso al trabajo barato; ganando mercados, aun si limitados, nuevos; ganando nuevas fuentes de productos agrícolas y de materia primas baratos; y creando nuevas áreas para inversión en infraestructura.

La integración se produce a través de la liberalización del comercio, removiendo los obstáculos a la movilidad del capital y aboliendo las fronteras para la inversión exterior. China, ni que decir tiene, es el caso más destacado de un área no-capitalista integrada en la economía capitalista global en los últimos 25 años. Para contrarrestar sus declinantes beneficios, un considerable número de corporaciones empresariales situadas entre las primeras 500 del ranquin de la revista Fortune han trasladado una parte significativa de sus operaciones a China, a fin de aprovechar las ventajas del llamado "precio chino" (las ventajas de costes derivadas de un trabajo barato chino aparentemente inagotable).

A mediados de la primera década del siglo XXI, entre el 40 y el 50 por ciento de los beneficios de las corporaciones estadounidenses dimanaban de sus operaciones y ventas en el exterior, y señaladamente, en China. ¿Por qué la globalización no pudo superar la crisis? El problema con esta vía de salida del estancamiento es que exacerba el problema de la sobreproducción, porque añade capacidad productiva. La China de los últimos 25 años ha venido a añadir un volumen tremendo de capacidad manufacturera, lo que ha tenido por efecto deprimir los precios y los beneficios. No por casualidad, los beneficios de las corporaciones estadounidenses dejaron de crecer hacia 1997- De acuerdo con un índice estadístico, las tasas de beneficios de las 500 de Fortune pasó de 7,15 en 1960-69 a 5,30 en 1980-90, a 2,29 en 1990-99 y a 1,32 n 2000-2002.

Dadas las limitadas ganancias obtenidas en punto a contener el impacto depresivo de la sobreproducción, ya a través de la reestructuración neoliberal, ya con la globalización, la tecera vía de salida resultó vital para mantener y elevar la rentabilidad. La tecera vía es la financiarización. En el mundo ideal de la teoría económica neoclásica, el sistema financiero es el mecanismo, merced al cual los ahorradores, o quienes se hallan en posesión de fondos excedentes, se juntan con los empresarios que tienen necesidad de sus fondos para invertir en producción. En el mundo real del capitalismo tardío, con la inversión en industria y en agricultura arrojando magros beneficios por causa de la sobreproducción, grandes cantidades de fondos excedentes circulan y son invertidas y reinvertidas en el sector financiero. Es decir, el sistema financiero gira sobre sí mismo.

El resultado es que se ensancha el hiato abierto entre una economía financiera hiperactiva y una economía real en estancamiento. Como bien observa un ejecutivo financiero: "ha habido una creciente desconexión entre la economía real y la economía financiera en estos últimos años. La economía real ha crecido, pero nada comparable a la economía financiera… hasta que estalló". Lo que no nos dice este observador es que la desconexión entre la economía real y la economía financiera no es accidental: que la economía financiera se disparó precisamente para hacer frente al estancamiento dimanante de la sobreproducción de la economía real.


¿Cuáles fueron los problemas de la financiarización como vía de salida?

El problema de invertir en operaciones del sector financiero es que equivale a exprimir valor de valor ya creado. Puede crear beneficios, de acuerdo, pero no crea nuevo valor –sólo la industria, la agricultura, el comercio y los servicios crean valor nuevo—. Puesto que los beneficios no se basan en la creación de valor nuevo o añadido, las operaciones de inversión resultan extremadamente volátiles, y los pecios de las acciones, las obligaciones y otras formas de inversión pueden llegar a divergir radicalmente de su valor real: por ejemplo, las acciones en empresas incipientes de Internet, que se mantuvieron por un tiempo al alza, sostenidas principalmente por valoraciones financieras en espiral, para luego desplomarse.

Los beneficios dependen, entonces, del aprovechamiento de las ventajas orecidas por movimientos de precios que divergen al alza del valor de las mercancías, para vender oportunamente antes de que la realidad fuerce la "corrección" a la baja para ajustarse a los valores reales. El alza radical de los precios de un activo, mucho más allá de los valores reales, es lo que se llama la formación de una burbuja.


¿Por qué la financiarización es tan volátil?

Con la rentabilidad dependiendo de golpes especulativos, no resulta sorprendente que el sector financiero vaya de burbuja en burbuja, o de una manía especulativa a otra. Puesto que está sostenido por una manía especulativa, el capitalismo inducido financieramente no ha dejado de batir registros en materia de crisis financieras desde que los mercados de capitales fueron desregulados y liberalizados en los 80.Antes de la actual debacle de Wall Street, las más explosivas fueron la crisis financiera mexicana de 1994-95, la crisis financiera asiática de 1997-1998, la crisis financiera rusa de 1996, el colapso del mercado de valores de Wall Street de 2001 y el colapso financiero argentino de 2002. El antiguo secretario del Tesoro con Bill Clinton, un hombre de Wall Street –Rober Rubin—, predijo hace cinco años que "las crisis financieras futuras serán con casi toda seguridad inevitables, y podrían llegar a ser hasta peores."

martes, noviembre 04, 2008

Todo lo que usted quiere saber sobre el origen de esta crisis pero teme no entenderlo - Walden Bello (parte II)

¿Fue falta de regulación?

Sí. Todo el mundo reconoce ahora que la capacidad de Wall Street para innovar y excogitar instrumentos financieros más y más sofisticados ha ido mucho más allá de la capacidad regulatoria del Estado, y no porque el Estado no fuera capaz de regular, sino porque la actitud neoliberal, de laissez-faire, imperante impidió al Estado diseñar mecanismos efectivos de regulación.


Pero ¿no hay nada más? ¿No hay nada sistémico?

Bien, Georges Soros, que lo vio venir, dice que lo que estamos pasando es la crisis del sistema financiero, la crisis del "gigantesco sistema circulatorio" de un "sistema capitalista global… que está reventando por las costuras". Para seguir con la idea del archiespeculador, a lo que estamos asistiendo es a la intensificación de una de las crisis o contradicciones centrales del capitalismo global, cual es la crisis de sobreproducción, también conocida como sobreacumulación o sobrecapacidad. Se trata de la tendencia del capitalismo a construir una ingente capacidad productiva que termina por rebasar la capacidad de consumo de la población debido a las desigualdades que limitan el poder de compra popular, lo cual termina por erosionar las tasas de beneficio.


Pero, ¿qué tiene que ver la crisis de sobreproducción con los acontecimientos recientes?

Muchísimo. Pero, para entender la conexión, tenemos que retrotraernos a la llamada Época Dorada del capitalism contemporáneo, al período comprendido entre 1945 y 1975. Fue un período de rápido crecimiento, tanto en las economías del centro como en las subdesarrolladas, un crecimiento propulsado, en parte, por la masiva reconstrucción de Europa y del Este asiático tras la devastación de la II Guerra Mundial, y en parte, por la nueva configuración socio-económica institucionalizada bajo el nuevo estado keynesiano. Un aspecto clave de esta última fueron los severos controles estatales de la actividad de mercado, el uso agresivo de políticas fiscales y monetarias para minimizar la inflación y la recesión, así como un régimen de salarios relativamente altos para estimular y mantener la demanda.

lunes, noviembre 03, 2008

Todo lo que usted quiere saber sobre el origen de esta crisis pero teme no entenderlo - Walden Bello (parte I)

Sinpermiso.info, 5 October 2008

El derrumbe de Wall Street no se debe solo a la codicia y a la falta de regulación estatal de un sector hiperactivo. Procede también, y sobre todo, de la crisis de sobreproducción que ha venido minando al capitalismo remundializado desde mediados de los 70.

Así ve esta crisis de fin de época Walden Bello.Muchos en Wall Street todavía están digiriendo los acontecimientos epocales de las últimas semanas:

> Entre 1 y 3 billones de dólares de activos financieros evaporados.
> Wall Street, nacionalizado, con la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro tomando todas las decisiones estratégicas importantes en el sector financiero, y a todo eso, con un gobierno que, tras el rescate de AIG, pasa a dirigir la mayor compañía aseguradora del mundo.

El mayor rescate desde la gran depresión, con 700 mil millones de dólares reunidos a la desesperada para salvar al sistema financiero global. Las explicaciones habituales ya no bastan.

Los acontecimientos extraordinarios precisan de explicaciones extraordinarias. Pero antes… ¿Ya pasó lo peor?

No, si algo ha quedado claro con los movimientos contradictorios de estas semanas en que, al tiempo que se permitía la quiebra de Lehman Brothers, se nacionalizaba AIG y se fraguaba la toma de control de Merril Lynch por el Bank of America, es que no hay una estrategia para afrontar la crisis; a lo sumo, respuestas tácticas, como bomberos que se pisan la manguera, abrumados por la magnitud del incendio. El rescate de 700 mil millones de dólares de las obligaciones hipotecariamente respaldadas en poder de los bancos no es una estrategia, sino, básicamente, un esfuerzo a la desesperada para restaurar la confianza en el sistema, para prevenir la erosión de la fe en los bancos y en otras instituciones financieras y para evitar una afluencia masiva de retirada de fondos de los bancos como la que desencadenó la Gran Depresión de 1929.


¿Qué causó el colapso del centro neurálgico del capitalismo global? ¿Fue la codicia?

La vieja y venerada codicia jugó su parte. A eso se refería Klaus Schwab, el organizador del Foro Económico Mundial, el jamboree de la elite global celebrado anualmente en los Alpes suizos, cuando dijo a su clientela en Davos este año: "Tenemos que pagar por los pecados del pasado".


¿Fue el de Wall Street un caso de alguacil alguacilado?

Desde luego. Los especuladores financieros rizaron el rizo hasta confundirse ellos mismos con la creación de contratos financieros más y más complejos, como los derivados, tratando de ganar dinero a partir de todo tipo de riesgos (incluidos exóticos instrumentos de futuros, como los credits default swaps o contratos de protección de derivados crediticios, que permitían a los inversores apostar, por ejemplo, a que los prestatarios de la propia corporación bancaria ¡no serían capaces de devolver su deuda! Tal es el comercio multibillonario no-regulado que acabó tumbando a AIG. El 17 de diciembre de 2005, cuando la International Financing Review (IFR) anunció sus premios anuales del año –uno de los programas de premios más prestigioso del sector—, dejó esto dicho:

"Lehman Brothers no sólo mantuvo su presencia global en el mercado, sino que dirigió la penetración en el espacio de preferencia… desarrollando nuevos productos y diseñando transacciones capaces de subvenir a las necesidades de los prestatarios… Lehman Brothers es el más innovador en el espacio de preferencia precisamente por hacer cosas que no pueden verse en ningún otro sitio."

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