El nuevo número de Interrupciones nos sorprende otra vez. Asentado en un prolijo trabajo estético, el tercer número de esta revista-objeto combina acertadamente distintas expresiones artísticas: fotografía, ilustraciones, poesías. Tal vez deliberadamente (eso no podemos saberlo), los artistas seleccionados para esta edición son jóvenes nacidos a fines de los ’70 y mediados de los ’80. Esta elección también exhibe una postura: dar a conocer obras de quienes quizá recién comienzan a incorporarse al mundo artístico y tienen cosas que decirle al mundo.
Para alguien que no es un habitual lector de poesía, la revista se presenta como algo diferente de un mero lugar de difusión de textos. Y en este punto reside quizás la mayor riqueza: la posibilidad de ofrecerle algo más a aquel lector que se reconoce fuera del campo de la poesía. Poder encontrarse con expresiones de artes visuales, posibles de investigar a medida que se despliega la revista, es algo que le otorga un valor agregado a la publicación.
Por otra parte, en el habitual dossier que ofrece Interrupciones, el número 3 ofrece un CD que incluye poemas con la voz de Dylan Thomas, un objeto que va, nuevamente, más allá del gusto o no por la poesía, del gusto o no por Dylan Thomas. La aparición de su voz constituye indudablemente un documento histórico, de un valor incalculable.
Por último, hay que saludar la aparición de la primera plaquette de la serie Si lo sabe cante, trabajo emprendido por –turas ediciones que esperamos se pueda sostener en el tiempo. En este caso, se ofrece la poesía de Natalia González, codirectora de la revista. En base a sus trabajos, Ignacio Muñoz Vicuña, chileno, aporta ilustraciones de su autoría.
El esfuerzo y el trabajo puestos en la revista son notables al ojo de cualquier lector. Como documento histórico y como objeto artístico, este nuevo número de Interrupciones me ha resultado muy ameno, aunque debo reconocer, como ya he dicho, que no soy lector de poesía, y que me he dejado llevar por la estética, el diseño y el despliegue de las artes visuales. Como lector, puedo deslizar una crítica/sugerencia: me gustaría encontrarme, cada número, con una entrevista a algún escritor, más allá del dossier, como hicieron en el número sobre José Luis Mangieri.
Ojalá sigamos teniendo muchas más Interrupciones.